Las redes de vigilancia de la calidad del aire están presentes en casi todos los países del mundo como sistemas para monitorizar la concentración de compuestos químicos tóxicos presente en el aire ambiente que respiran los ciudadanos. Los resultados obtenidos se emplean principalmente en establecer políticas encaminadas a evitar/reducir los efectos perjudiciales para la salud y la de los ecosistemas, así como para alertar a la población de episodios relevantes de contaminación. Sin embargo, las muestras que se obtienen asiduamente no se han utilizado hasta la fecha para determinar componentes biológicos presentes en el aire, aunque también resultarían muy interesantes.
En este sentido, recientemente, un equipo internacional de investigadores de las Universidades de York (Toronto, Canadá), Queen Mary (Londres, Reino Unido) y el Laboratorio Nacional de Física (NPL) del Reino Unido, han encontrado restos de ADN de más de 180 plantas y animales diferentes en las muestras de material particulado obtenido en las estaciones de vigilancia de la calidad del aire de dos ciudades, lo que podría suponer una solución al problema de medida y seguimiento de la biodiversidad a escala global.
Según los expertos, "uno de los mayores problemas que enfrenta el planeta hoy en día es la pérdida acelerada de biodiversidad", ya que según el Informe Planeta Vivo del Fondo Mundial para la Naturaleza, ha habido una disminución del 69% en las poblaciones de vida silvestre desde 1970. Para estudiar este fenómeno, diferentes gobiernos, científicos y agencias ambientales de todo el mundo han pedido métodos estándar a gran escala para rastrear la biodiversidad en tiempo real sin obtener una solución adecuada hasta el momento. Con el nuevo descubrimiento, las estaciones de calidad del aire podrían ser las infraestructuras adecuadas para rastrear la biodiversidad en todo el planeta a partir de este momento y con carácter retroactivo, ya que se puede analizar la serie histórica de datos de ADN que proporcionarían los filtros guardados durante años por las redes.
El equipo de investigadores organizó una prueba en una estación de calidad del aire en Londres en un gran parque urbano, donde recogió muestras durante una hora, un día y una semana, y las comparó con muestras de ocho meses de una estación pública en Escocia. En ambas ubicaciones detectaron simultáneamente el “ADN de 34 especies de aves y 24 especies de mamíferos, una amplia variedad de insectos, cultivos, hongos patógenos, flores silvestres, plantas ornamentales de jardín y pastos”, dice E. Clare de la Universidad de York. El trabajo del equipo de investigación se centra en la actualidad en intentar preservar tantas muestras como sea posible teniendo en cuenta el ADN.
En definitiva, este nuevo hallazgo representa un recurso importantísimo que según sus autores, “es útil para medir la biodiversidad terrestre de manera estandarizada y repetible en países enteros continuamente todos los días, todas las semanas en miles de lugares”. Es un proyecto que requerirá un esfuerzo global, pero que supondrá una oportunidad extraordinaria de obtener datos de ADN estandarizados durante décadas.
Investigadoras principales del estudio explican en qué consisten los resultados encontrados (Fuente: Universidad de York, https://www.yorku.ca/)
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