Un grupo de investigadores de la Universidad Jaime I de Castellón, en asociación con la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA), la Universidad de Valencia y el Instituto Universitario para la Investigación en Atención Primaria de Salud Jordi Gol (IDIAPJGol), han publicado un estudio en el que establecen que la “contaminación de las cocinas de gas acorta la vida de 2.062 españoles cada año y en torno a 39.959 en la Unión Europea y el Reino Unido”, debido a que los niveles de NO2 en los hogares que cocinan a gas son significativamente más altos que en los que utilizan alternativas eléctricas, y muchos superan los límites de seguridad.
El estudio, “Assessment of the health impacts and costs associated with indoor nitrogen dioxide exposure related to gas cooking in the European Union and the United Kingdom”, indica que los países más afectados son los que tienen un mayor número de hogares con cocinas de gas (Polonia, Italia, Rumanía, Francia y Reino Unido), así como que las viviendas con poca ventilación y con mayores tiempos de cocinado presentan una peor calidad del aire. También destaca un vínculo preocupante entre la utilización de las cocinas a gas y el asma, ya que contribuyen a cientos de miles de casos de asma cada año, especialmente a los niños.
Fuente: Juana María Delgado-Saborit et al., “Assessment of the health impacts and costs associated with indoor nitrogen dioxide
exposure related to gas cooking in the European Union and the United Kingdom”, October 2024).
La investigación se centró en el dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los principales gases emitidos por las cocinas de gas y muy estudiado por los epidemiólogos. En este sentido, realizaron mediciones en ambientes exteriores e interiores de los hogares y su combinación con datos gubernamentales les ha permitido crear el primer mapa europeo de concentraciones probables de NO2 que utilizan cocinas de gas, permitiendo establecer tasas de riesgo y con ello el número probable de muertes prematuras al año por este contaminante.
La combustión del gas utilizado en las cocinas libera, además de NO2, otros contaminantes nocivos como metano, benceno y dióxido de carbono, que empeoran la calidad del aire interior y suponen graves riesgos para la salud, considerando además que los europeos pasan casi todo su tiempo en el interior y los edificios reciben menos aire fresco a medida que se hacen más herméticos. Está previsto que la UE proponga normas actualizadas para las cocinas de gas a finales de este año, y a instancias de la EPHA busca eliminar las cocinas de gas a través de límites de emisiones e incentivos financieros para cambiar a sistemas más limpios.
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