En las últimas decadas los investigadores han determinado los efectos negativos que tiene la contaminación atmosférica en la salud, provocando enfermedades respiratorias y cardiovasculares.  Una nueva investigación realizada en Inglaterra y que recoge datos de más de 9.000 personas, ha establecido una relación entre una mayor exposición a la contaminación ambiental durante las primeras etapas de la vida y un mayor riesgo de desarrollar trastornos psicóticos y depresión durante la juventud.

El estudio ha sido desarrollado por el equipo de la Universidad de Bristol y el King's College de Londres durante 12 años, estudiando la exposición a la contaminación durante el embarazo, la infancia y y la adolescencia. Joanne Newbury, autor del estudio, afirma que la contaminación atmosferica podría afectar a la salud mental tanto directa como indirectamente. En cuanto a los mecanismos directos, muchos contaminantes atmosféricos pueden entrar en el cerebro directamente a través del bulbo olfatorio, donde podrían dañar las células cerebrales. En lo que respecta a los mecanismos indirectos, la contaminación atmosférica es proinflamatoria, por lo que podría promover la inflamación en todo el cuerpo, lo que a su vez podría afectar al cerebro. 

Los resultados obtenidos a partir de los 9065 participantes muestran que el 19,5% tuvieron experiencias psicóticas, el 11,4%  depresión y el 9,7% ansiedad. La edad media en el momento del seguimiento fue de 24,5. Después del ajuste de las covariables, la exposición a concentraciones elevadas a PM2.5 durante la infancia se asociaron con elevadas experiencias psicóticas y la exposición durante el embarazo se asoció con un mayor número de casos de depresión.