El informe de la AEMA (Agencia Europea de Medio Ambiente) publicado el 1 de abril, presentó los últimos datos oficiales para 2020, más los datos provisionales para 2021, sobre las concentraciones de los principales contaminantes atmosféricos centrándose en los más perjudiciales para la salud humana, como las partículas (PM2.5, PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3) y el benzo[a]pireno, y evalúa las concentraciones en relación con las normas de calidad del aire de la UE y las directrices de calidad del aire de la OMS.
De acuerdo con este informe, el 96% de la población urbana estaba expuesta a concentraciones de partículas finas (PM2.5) superiores a la directriz de la OMS (Organización Mundial de la Salud) de 5 µg/m3. Esto quiere decir que aunque exista un notable descenso de la contaminación atmosférica procedente del transporte por carretera en 2020 debido a las medidas de bloqueo COVID-19, los incumplimientos de las normas europeas de calidad del aire siguen siendo habituales en toda la Unión Europea (UE).
Aun así, hay buenas noticias. Los niveles de NO2 disminuyeron como resultado directo de la reducción del transporte por carretera. En las principales ciudades de Francia, Italia y España, las concentraciones medias anuales de NO2 descendieron hasta un 25% en 2020, mientras que en el mes de abril las concentraciones se redujeron hasta un 70% en torno a las carreteras normalmente congestionadas por el tráfico.
A pesar de las continuas mejoras globales de la calidad del aire, la contaminación atmosférica sigue siendo un importante problema de salud para los europeos. La exposición crónica a material particulado contribuye al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón.
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