La Organización Mundial de la Salud ha actualizado su base de datos, publicada en vísperas del Día Mundial de la Salud, introduciendo por primera vez mediciones de las concentraciones medias anuales de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante urbano común y precursor de aerosoles secundarios y de ozono. También incluye mediciones de material particulado (PM10 y PM2,5). Ambos grupos de contaminantes se originan principalmente por la actividad antropogénica, con especial participación de la combustión de combustibles fósiles.
Los resultados obtenidos han llevado a que la OMS ponga énfasis en la importancia de disminuir e incluso frenar el uso de combustibles fósiles y adoptar otras medidas tangibles para reducir los niveles de contaminación atmosférica.
"Los problemas energéticos actuales ponen de manifiesto la importancia de acelerar la transición a sistemas energéticos más limpios y saludables", comenta el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. "Los elevados precios de los combustibles fósiles, la seguridad energética y la urgencia de hacer frente al doble reto sanitario que suponen la contaminación atmosférica y el cambio climático, ponen de manifiesto la urgente necesidad de avanzar más rápidamente hacia un mundo mucho menos dependiente de los combustibles fósiles."
A nivel mundial, los países de menores ingresos siguen experimentando una mayor exposición a niveles insalubres de partículas en comparación con la media mundial, en cambio para el dióxido de nitrógeno (NO2), existen menos diferencias entre los países de ingresos altos y bajos y medios.
La base de datos de 2022 tiene por objeto vigilar el estado del aire en el mundo y contribuye al seguimiento de los progresos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Varios gobiernos están tomando medidas para mejorar la calidad del aire, pero la OMS pide que se intensifiquen las acciones para adoptar o revisar y aplicar las normas nacionales de calidad del aire de acuerdo con las últimas directrices de la OMS.
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