La próxima normativa Euro 7 de la UE, que se presentará en julio, obligará a los fabricantes de vehículos a reducir la cantidad de contaminantes, como los óxidos de nitrógeno y los óxidos de azufre, para así reducir la contribución de los vehículos a la contaminación atmosférica.
Esta nueva normativa se espera que "beneficie en gran medida a la salud pública al reducir la mortalidad y la morbilidad causadas por la contaminación atmosférica que afecta sobre todo a las poblaciones urbanas", según un primer análisis de costes y beneficios de la normativa elaborado por la Comisión Europea.
"A la hora de desarrollar la norma Euro 7, ya no puede tratarse principalmente de una reducción general del nivel de emisiones, sino que también hay que hacer más clara la legislación, racionalizarla y adaptarla a los nuevos avances tecnológicos", declaró a EURACTIV un portavoz de la VDA, asociación que representa a los fabricantes alemanes de piezas de automóviles.
La fricción que provoca la detención de un vehículo puede provocar el desprendimiento de partículas PM10 y PM2,5 de la pastilla de freno. Una solución a este problema, desarrollada por la empresa francesa Tallano, consiste en aspirar el polvo de las pastillas de freno en un filtro antes de que pueda ser liberado al medio ambiente.
La normativa considerará la necesidad de limitar las emisiones de PM2,5 y nanopartículas procedentes de todos los tipos de motores de combustión y de los frenos de los vehículos convencionales y eléctricos por igual.
La normativa Euro 7 debía publicarse a finales de 2021, pero posteriormente se retrasó, para disgusto de algunas ONGs, como Transport & Environment, una ONG dedicada a la movilidad limpia, que calificó el retraso de "inaceptable e innecesario".
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